El mejor regalo para mi hijo: una autoestima óptima
Dr. Juan Domingo Porras Hernández
Aplicamos la autoestima a cada segundo: es el factor fundamental para interpretar lo que sucede dentro de mí, y entre tú y yo.
La autoestima es el valor que me doy a mí mismo (1). Este valor lo establezco a través de mi propio grado de aceptación y del concepto que tengo de mí mismo en cinco dimensiones: mis rasgos de personalidad, mi aspecto físico, mis destrezas sociales, mis relaciones familiares y mi desempeño académico o profesional (2).
Este valor puede ser positivo o negativo: tengo un alto grado de aceptación por mí y un alto concepto de mí mismo, o no (3). Y puede ser óptimo: además de positivo, es genuino, verdadero, estable y congruente (4). Virginia Satir, una de las investigadoras más destacadas de la dinámica emocional de los sistemas familiares, describe así los dos polos de la autoestima (5):
- En el estado de autoestima elevada me siento bien conmigo y me agrado; tengo grandes posibilidades de enfrentar la vida desde una postura de dignidad, sinceridad, fortaleza, amor y realidad.
- Por el contrario, en el estado de autoestima baja no me agrado, me devalúo y castigo. Enfrento la vida desde una postura de temor e impotencia; me siento víctima y actúo como tal: responsabilizo a los demás por mis actos. Me castigo ciegamente y hago lo mismo con los demás. Soy a la vez sumiso y tiránico.
La autoestima es una de las áreas de mayor investigación científica en psicología. Su importancia radica en su estrecha relación con la posibilidad de vivir genuinamente la felicidad y la plenitud —estado de autoestima elevada—, o con estados y conductas de mala adaptación emocional —estado de autoestima baja (6).
En este mismo instante, puedes saber cómo está tu autoestima contestando estas sencillas preguntas (3, 7): ¿Qué sensación de valía sientes por ti en este momento? ¿Positiva o negativa? Del 0 al 10, ¿cómo la valorarías?
Ayuda a tus hijos a tener una autoestima óptima
La autoestima se construye y retroalimenta a lo largo de toda la vida: la empezamos a construir desde el momento de nacer. A partir de los 5 años de edad, comenzamos a expresar con claridad la sensación de valía que tenemos por nosotros mismos (8), la reforzamos en la adolescencia; si la trabajamos adecuadamente, alcanza su máxima expresión entre los 40 y los 60 años, y puede declinar significativamente después de los 80 años de edad (9, 10).
El nivel de autoestima puede variar incluso en un mismo día, dependiendo fundamentalmente de los acontecimientos cotidianos y de cómo los valoramos e interpretamos. Sin embargo, estas fluctuaciones no son amplias: tienden a variar alrededor del nivel promedio de autoestima típico de cada uno de nosotros (10).
Buena parte de lo que creemos sobre nosotros mismos lo aprendimos de nuestros padres, de lo que nos modelaron, dijeron y fomentaron en nuestra familia durante nuestros primeros ocho años de vida.
La relación padre-hijo representa la relación social más temprana y duradera del ciclo vital humano. Por lo tanto, tiene un impacto indiscutible y altamente significativo en el auto-concepto, la autoestima y el bienestar emocional de cada persona (11).
Buena parte de lo que profundamente creemos sobre nosotros mismos —qué tanto nos aceptamos; qué tanto nos consideramos dignos de ser amados por quienes somos; qué tanto nos consideramos responsables de nuestros actos, éxitos y fracasos; qué tanto nos consideramos competentes para triunfar y ser felices; qué tanto estamos abiertos a evolucionar y crecer para ser la mejor versión de nosotros mismos— lo aprendimos de nuestros padres, de lo que nos modelaron, dijeron y fomentaron día a día en nuestra familia durante nuestros primeros ocho años de vida (11).
Virginia Satir propone el siguiente ejercicio para conocer qué clase de autoestima estás fomentando en tu familia y tú, como adulto, estás reforzando en tus hijos (5):
- Hoy, cuando tu familia esté sentada a la mesa para cenar, observa lo que tú sientes por ti cuando algún miembro de tu familia te dirija la palabra. Ten paciencia y apertura para distinguir tus sentimientos: ¿Cómo te sientes valorado? ¿En forma positiva o negativa?
- Cambia la perspectiva: escucha lo que tú dices a los demás, y cómo lo dices. Trata de ponerte en el lugar de los otros. Imagina lo que sentirías si te hablaran como tú lo estás haciendo en este momento. ¿Te sentirías amado y valorado?
Éstas son creencias profundas que en su mayor parte aprendiste en tu infancia. Como dice Virginia Satir, si las aprendiste, las puedes cambiar. (5). No es fácil, pero es posible.
Por paradójico que parezca, reconocer abierta y sinceramente que necesitas mejorar tu autoestima es una muestra de alta autoestima.
El adulto que logra fomentar un clima familiar nutritivo, modelar, mantener y retroalimentar en sí mismo una autoestima óptima —esto es, altamente positiva, genuina, verdadera, estable y congruente— está contribuyendo significativamente a la salud emocional de sus hijos y a que éstos tengan posibilidades reales de ser felices en la vida, por difícil que la tengan (12). Por eso, tener una mamá o un papá con autoestima óptima es el mejor regalo que la vida y tú pueden hacerle a tu hijo.
Es posible mejorar tu autoestima
Mejorar tu autoestima requiere dos ingredientes fundamentales por parte tuya: decisión y compromiso. Hay muchas formas efectivas para lograrlo. Es muy valioso, frecuentemente indispensable, contar con el apoyo y supervisión de un profesional de la psicología, bien entrenado y experimentado.
Aquí te comparto cinco métodos. Todos requieren una práctica diaria por al menos ocho semanas para que empieces a vivir cambios significativos:
- Haz una lista de tus cualidades —aquello que haces muy bien, en lo que eres muy bueno y te hace sentir orgulloso—, y tus limitaciones —lo que no haces tan bien y te gustaría cambiar. Estudia esta lista, procura verte con aceptación y objetividad, sin infravalorarte. Reflexiona qué comportamientos concretos está en tus manos cambiar para convertir una o dos de tus limitaciones en cualidades. ¡Pon manos a la obra! (13).
- “Lo que pasa por tu mente, pasa por tu vida”. Vigila activamente tus pensamientos, procura mantener un diálogo positivo, constructivo y amoroso contigo. Cuando aparezca un pensamiento negativo, aplica secuencialmente la técnica de las 4-D (14):
- Detecta que tienes un pensamiento negativo: date cuenta que estás teniendo pensamientos negativos, no productivos, irracionales o de infravaloración.
- Detén el pensamiento negativo: no permitas que continúe y se haga grande, cambia de actividad, ve alguna imagen u objeto que tenga un significado positivo para ti, o simplemente concéntrate en tu respiración.
- Discute el pensamiento negativo:encuentra dentro de ti argumentos lógicos y realistas que contrarresten el pensamiento negativo.
- Decide sentirte bien contigo:date una palmada por haber identificado, detenido y discutido un pensamiento negativo sobre ti para cambiarlo por uno positivo y lógico.
- Practica al menos 10 minutos diarios de meditación, concentrándote sólo en tu respiración, relajándote y dejando pasar tus pensamientos (15), y al menos 20 minutos diarios de ejercicio aeróbico, como caminar, correr o nadar (16).
- Evita criticar a tu hijo. Si le vas a ofrecer retroalimentación, empieza siempre por algo positivo. ¡Nunca le pegues! Ayúdale a identificar las causas modificables de sus resultados y las conductas que está a su alcance cambiar para mejorar la siguiente vez (17).
- Ama a tu hijo por quien es. Habla siempre con orgullo de tu hijo, demuéstrale que lo amas acompañándolo, apoyándolo, ayudándole a que se atreva a tomar decisiones y a hacerse responsable por sus consecuencias, colaborando con él para reconocer sus errores, entenderlos y aprender de ellos para hacerlo mejor la siguiente vez. Dedícale tiempo, juega con él, interésate por su vida, celebra con alegría y sinceridad sus éxitos (5).
¡Aquí lo tienes! Un resumen práctico de autoestima. Tienes la inteligencia, la habilidad, la determinación y el compromiso para cambiar tus creencias más profundas sobre ti.
¡Adelante, hazte un regalo a ti mismo y hazle un regalo de verdad a tu hijo!
Referencias:
1. Harter S. Developmental perspectives on the self-system. En: Heterington EM, ed. Handbook of Child Psychology. Vol. 4, New York: John Wiley, 1983; pp. 275–385.
2. Harter S. Competence as a dimension of self-evaluation: Toward a comprehensive model of self-worth. En: Leahy R, ed. The Development of Self. New York: Academic Press, 1985; pp. 55–121.
3. Satir V. La autoestima: la olla que nadie vigila. En: Satir V. Nuevas relaciones humanas en el núcleo familiar. México: Pax, 2002; pp. 34-43.
4. Kernis NH. Toward a conceptualization of optimal self-esteem. Psychol Inquiry. 2003; 14: 1-26.
5. Satir V. La autoestima: la fuente de energía personal. En: Satir V. Nuevas relaciones humanas en el núcleo familiar. México: Pax, 2002; pp. 44-56.
6. Matsuura N, Hashimoto T, Toichi M. Correlations among self-esteem, aggression, adverse childhood experiences and depression in inmates of a female juvenile correctional facility in Japan. Psychiatry Clin Neurosci. 2009; 63: 478-485.
7. Robins RW, Hendin HM, Trzesniewski KH. Measuring global self-esteem: construct validation of a single-item measure and the Rosenberg self-esteem scale. Personal Soc Psychol Bull. 2001; 27: 151-161.
8. Eccles JS, y cols. Age and gender differences in children’s self- and task perceptions during elementary school. Child Development. 1993; 64: 830-847.
9. Robins RW, y cols. Global self-esteem across the life-span. Psychol Aging. 2002; 17: 423-434.
10. Orth U, Maes J, Schmitt M. Self-esteem development across the life span: a longitudinal study with a large sample from Germany. Dev PSychol. 2014, Dec 8.
11. Basic Behavioral Science Task Force of the National Advisory Mental Health Council. Basic behavioral science research for mental health. American Psychologist. 1996; 51: 22-28.
12. Rutter M. Annual Research Review: Resilience-clinical implications. J Child Psychol Psychiatry. 2013; 54: 474-487.
13. Burns DD. Autoestima en 10 días. México: Paidós, 2010; pp. 223-252.
14. Burton D, Raedke TD. Sport psychology for coaches. Champaign: Human Kinetics, 2008; pp. 101-120.
15. Brookhart SM. How to give effective feedback to your students. Alexandria: Association for Supervision and Curriculum Development, 2008; pp. 76-95.
16. Campanella F, Crescentini C, Urgesi C, Fabbro F. Mindfulness-oriented meditation improves self-related character scales in healthy individuals. Compr Psychiatry. 2014; 55: 1269-1278.
17. Ekeland E, Heian F, Hagen KB, Abbott JM, Nordheim L. Exercise to improve self-esteem in children and young people. Cochrane Database of Systematic Reviews 2004, Issue 1. Art. No.: CD003683. DOI: 10.1002/14651858.CD003683.pub2.
Lecturas recomendadas
Estos libros te serán muy útiles para entender mejor la importancia de la autoestima en la vida de los seres humanos:
El Dr. Juan Domingo Porras Hernández es cirujano pediatra, cirujano de tórax y endoscopista pediatra. Colabora en el cuidado integral de la salud de niños y adolescentes en Antala Kuné, en la ciudad de Puebla. Participó como Coordinador del Comité de Evaluación del Consejo Mexicano de Cirugía Pediátrica hasta septiembre del 2014.
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